Una útil herramienta para salvar vidas: impresión 3D

Desde hace algunos años el campo de la medicina está poniendo el foco en la impresión 3D gracias a su capacidad de crear soluciones adaptadas a cada paciente. Son casi 7,500 millones de morfologías diferentes a las cuales los médicos deben adaptarse. Así, la tecnología 3D en la medicina surge como una nueva solución para crear dispositivos personalizados que puedan satisfacer las necesidades de los pacientes y que va desde la creación de prótesis, implantes, guías quirúrgicas, medicamentos, células vivas hasta para preparar mejor una intervención médica. Esta tecnología está ganando cada vez más protagonismo en el ámbito sanitario.

Incluso, desde hace algunos años los laboratorios se encuentran incursionando en esta tecnología mediante investigaciones tendientes al desarrollo de órganos humanos. Las impresoras 3D forman parte de lo que se conocen como procesos de fabricación aditiva, que tienen en común el hecho de que pueden generar geometrías muy complejas de una forma muy rápida. De esta manera, mediante un sistema de adición de capas, se podría llegar a producir materiales biológicos como piel, tejidos e incluso órganos.

Se trata de un área de investigación que todavía está en expansión, pero su evolución parece muy prometedora. Por el momento se han conseguido producir prótesis, huesos, cartílagos y tejido muscular, así como ovarios artificiales. Según los científicos, falta entre 30 o 50 años para que los trasplantes de órganos humanos fabricados bajo estas técnicas sean procedimientos quirúrgicos de bajo riesgo y bajo rechazo por parte de portador humano.

Desde la óptica de las dificultades que esta tecnología podría conllevar, podemos decir que una de las principales preocupaciones de la industria son los costos asociados con esta personalización y quién podrá acceder a ella. Otra dificultad ética es que hoy es imposible probar la eficacia y la seguridad de estos tratamientos. Además de todo esto, es necesario considerar las regulaciones legales que deben establecerse antes de que estos avances estén disponibles para un público más amplio.

Pero, más allá de estos interrogantes que como toda innovación tecnológica la comunidad científica deberá sortear, la bioimpresión se trata de una técnica cuyo desarrollo podría traer grandes ventajas y avances para la sociedad en su conjunto así como una esperanza para personas con enfermedades y padecimientos que hoy no encuentran cura con tanta facilidad. Sin dudas, podría tratarse de una verdadera revolución para el futuro de la medicina.